Una vuelta de tuerca más a un clásico de la literatura infantil. Una vuelta de tuerca para esas grandes mentes ilustradas que son los guionistas de Hollywood que acarrean desde hace unos años una especie de sopor. La misma falta de originalidad de estos últimos años, plagada de remakes o simples adaptaciones de lo ya hecho.
Aquí nos encontramos con un prodigioso de lo macabro como es Tim Burton, tomando para sorpresa de muchos una novela tan cándida como es la obra de Lewis Carroll (como dije arriba, en guiones no se ha ido la pasta). El caso es que la excentricidad de Burton no deja de plasmarse en cada segundo que pasa ante nuestros ojos el filme. Su onírico mundo de color, en ocasiones más cercano al LSD que a las maravillas, pasa en pocos planos a los oscuros fotogramas que parecen llevarte a la muerte.
Destacable es ese Sombrerero Loco, papel que casualmente parece dársele muy bien al Depp (¿Sólo sabe hacer de tarado?). Su presencia en una película de Burton no es algo extraño, como bien sabemos son un dúo, quizás mejor trío si contamos con la sempiterna esposa del director. El caso es que por más que pasen los años todos ellos se entienden a la perfección y por muchos años seguiremos viendo películas de Tim Burton con Depp y Bohan-Carter como actores.
Aún no nos dejemos llevar por la emoción, tan sólo hemos abierto el paquete y queda ver el interior. El país de las Maravillas no es tan maravilloso si pensamos en los filmes predecesores del director, pues decae en los mismos tópicos: personajes entre lo truculento y lo maravilloso (caso del Gato gordo); juegos de luces y sombras característicos de su equipo de fotografía, etcétera etcétera. Lo que un servidor ve en la gran pantalla es “Charlie y la fábrica de chocolate” pero en esta ocasión no puedo llegar a ver más allá de una niña pija (Mia Wasikowska) que de chocolate va bien cargada; eso sí, no del mismo que Charlie.
La película no pasará a la historia como el culmen del cine moderno. Pagarás por entretenimiento asegurado, al fin y al cabo lo que se desea. Pero antes de pagar por ella piensa… ¿no es lo mismo de siempre?
Aquí nos encontramos con un prodigioso de lo macabro como es Tim Burton, tomando para sorpresa de muchos una novela tan cándida como es la obra de Lewis Carroll (como dije arriba, en guiones no se ha ido la pasta). El caso es que la excentricidad de Burton no deja de plasmarse en cada segundo que pasa ante nuestros ojos el filme. Su onírico mundo de color, en ocasiones más cercano al LSD que a las maravillas, pasa en pocos planos a los oscuros fotogramas que parecen llevarte a la muerte.
Destacable es ese Sombrerero Loco, papel que casualmente parece dársele muy bien al Depp (¿Sólo sabe hacer de tarado?). Su presencia en una película de Burton no es algo extraño, como bien sabemos son un dúo, quizás mejor trío si contamos con la sempiterna esposa del director. El caso es que por más que pasen los años todos ellos se entienden a la perfección y por muchos años seguiremos viendo películas de Tim Burton con Depp y Bohan-Carter como actores.
Aún no nos dejemos llevar por la emoción, tan sólo hemos abierto el paquete y queda ver el interior. El país de las Maravillas no es tan maravilloso si pensamos en los filmes predecesores del director, pues decae en los mismos tópicos: personajes entre lo truculento y lo maravilloso (caso del Gato gordo); juegos de luces y sombras característicos de su equipo de fotografía, etcétera etcétera. Lo que un servidor ve en la gran pantalla es “Charlie y la fábrica de chocolate” pero en esta ocasión no puedo llegar a ver más allá de una niña pija (Mia Wasikowska) que de chocolate va bien cargada; eso sí, no del mismo que Charlie.
La película no pasará a la historia como el culmen del cine moderno. Pagarás por entretenimiento asegurado, al fin y al cabo lo que se desea. Pero antes de pagar por ella piensa… ¿no es lo mismo de siempre?
por El Tuerto Demente
ACTUALIZA YA! NOS ESPERA MALABO!
ResponderEliminarOpino como Dani...tovía ta sin poner la siguiente actualización?? Que tamos perdiendo dinero!!!!
ResponderEliminarDespués de ver la peli puedo decir que la crítica se queda corta: ¡menudo bodrio!
ResponderEliminar