miércoles, 14 de abril de 2010

Crítica a la película "¿Qué fue de Baby Jane?"

¿Qué fue de Baby Jane? se trata de una obra maestra del cine negro, la cual a pesar de llevar sobre sus espaldas cuarenta y ocho años no ha perdido ni un ápice de su poder perturbador.

La película, adaptación de la novela What happened to Baby Jane? de Henry Farrell, está dirigida por Robert Aldrich, director que plasmó la violencia y la inmoralidad con mayor contundencia durante los años 50 y 60. Claro ejemplo de ello es la película que hoy comentamos o Hush… Hush, Sweet Charlotte (traducida al español como Canción de cuna para un cadáver).

En cierta medida esta gran obra puede ser considerada como una segunda parte del drama de Billy Wilder, El crepúsculo de los dioses, interpretada magistralmente por Gloria Swanson y William Holden, sobre los delirios de grandeza a través de las vivencias de una actriz en el ocaso de su vida. Sin embargo, y sin poder negar que el argumente es el mismo, creo que las comparaciones son odiosas y por ello no vamos a caer en ese error.

Blanche y Jane Hudson son dos hermanas que tuvieron la desigual fortuna en el cine. La primera sigue en el recuerdo de la gente mientras que de Jane pocos se acuerdan que fue una niña prodigio. Traumatizada por la envidia, el rencor y el alcohol, somete a Blanche a todo tipo de torturas psicológicas y físicas aprovechando que se encuentra postergada a una silla de ruedas debido a su invalidez.

Una historia oscura, terrorífica y brutal en la que Aldrich a lo largo de dos horas de duración nos explica como es posible que los celos y la envidia puedan no sólo aniquilar una relación fraternal, sino a la propia persona provocando una conducta patológica que puede llegar a ser extremadamente violenta y destructiva.

A pesar de que el argumento de la película plantea múltiples temas como: el amor fraternal, la envidia, los niños prodigio, la vejez o la invalidez, no es éste el aspecto que hace de esta película un clásico del cine. Toda su grandeza está al servicio del duelo interpretativo de las actrices principales.

Robert Aldrich eligió para protagonizarla a dos viejas glorias de la era dorada de Hollywood y que en esos momentos pasaban por un período bajo en sus carreras: Bette Davis, reina indiscutible del melodrama en los años cuarenta y la actriz que mejor encarnó papeles de mujer perversa y desalmada, encarnando a Jane. Y Joan Crawford, una de las pocas actrices del cine mudo que supo adaptarse al cine sonoro que alcanzó la fama encarnando a mujeres ambiguas y de fuerte carácter, en el papel de Blanche.

La interpretación de ambas actrices es soberbia consiguiendo crear dos personajes complemente diferentes pero ambos de una gran complejidad psicológica permitiéndolas entregarse a un auténtico ritual de excesos interpretativos. El duelo que mantienen las dos actrices atrapa al espectador desde el primer momento y no le suelta hasta el final de la película.

La diferencia entre los momentos culmines de la película y los meramente secundarios los marcan también los actores. Esas escenas están protagonizadas por los actores secundarios. De entre ellos debemos destacar al actor Victor Buono, pero para ser sinceros se debe reconocer que ninguno de los actores que forman el elenco secundario estuvo a la altura de las protagonistas, pues el tándem o rivalidad que forman engulle al resto del reparto.

Otra pieza fundamental, junto al argumento y la interpretación, es el ambiente de suspense generado por planos de picado combinados con planos de detalle y primeros planos con movimientos de cámaras para destacar detalles u objetos con zoom. Papel no menos importante desempeñan las melodías inquietantes que aumentan la tensión, afloran el miedo y acentúan la acción.

Una característica de este clásico es la forma de afrontar la película como si se tratará de un proyecto teatral: pocos actores, escasos decorados y abundancia de diálogos, características todas ellas de una obra de teatro.

Fue nominada a cinco candidaturas de los Oscar del año 1962: mejor actriz por el papel desempeñado por Bette Davis, consiguiendo así su décima candidatura como mejor actriz principal, mejor actor de reparto (Victor Bueno), mejor vestuario, mejor fotografía y mejor sonido. Solamente consiguió llevarse el de vestuario pero debemos de recordar, y no por ello justificar, que pugnaba contra gigantes que al igual que ella pasaron a convertirse en clásicos del cine de la talla de Lawrence de Arabia, Matar a un ruiseñor, Días de vino y rosas o El milagro de Anna Sullivan.

Sin duda alguna ¿Qué fue de Baby Jane? es un clásico de visión obligatoria.

Algunos enlaces a los momentos clave de la película:
http://www.youtube.com/watch?v=A8TaFKdxmws
http://www.youtube.com/watch?v=t3vwExt_AnA&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=648-2RE4XAk&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=fpZjibmh6l4&feature=related

Por Anónimo

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