domingo, 11 de julio de 2010

Mundialitis (IV): La final de nuestra vida

Vuelvo por estos lares para dar el último toque a esta sección semiabandonada de este blog desértico. Hace ya un mes que comenzó el mayor espectáculo futbolístico mundial, y tras una introducción escasa en goles y juego, y un nudo vibrante pero bastante mejorable, llega el momento del desenlace; la gran final; el partido de partidos. Y cuantos eufemismos más se quieran añadir para hablar del Países Bajos-España.

Futbolísticamente, España es la favorita. Lo es por jugadores, y por juego. Pero el ganar no será fácil. La selección holandesa cuenta también con grandes jugadores, y un estilo de juego que no favorece a España, ya que está más próximo al que desarrollaron Chile y Paraguay que al que desempeñó Alemania. A esto hay que añadir su gran potencial ofensivo, a mi parecer sólo superable en este mundial por Alemania.

La final es hermosa. Un ejercicio de justicia histórica en lo futbolístico, pues en ella se enfrentan dos de las selecciones más castigadas por la fortuna en los mundiales. Por un lado Holanda, precursora del fútbol de toque, que llegó a dos finales en los años setenta pero que no pudo ganar ninguna. Por el otro España, la eterna aspirante. Hoy la justicia y la fortuna tan sólo podrán beneficiar a una de las dos.

La nota negativa viene de los medios, en concreto su sensacionalismo. Supongo que forma parte de estos grandes eventos, y que es inevitable quejarse, mucho más desde un blog casi deshabitado. Se utiliza al fútbol, se pervierte para otros fines. Pero no diré más, porque hoy sólo importa la pelota, la forma esférica. Lo perfecto. Y que esos chavales de todas las partes de España vuelvan a casa con la Copa.


por Puskas.

miércoles, 16 de junio de 2010

Mundialitis (III): ¿Quién ha robado los goles?

Habiéndose estrenado todos los equipos en este mundial, se pueden apuntar algunas cosas. En primer lugar, sobran trompetas; supongo que la FIFA, ávida de dinero, no tenga más remedio que seguir permitiendo ese ruidoso pero barato instrumento imitador de zumbidos. En segundo lugar, sobra miedo a perder. Esta es la causa de que se esté viendo uno de los peores mundiales que recuerde. Un dato: en los primeros 16 partidos se han marcado 25 goles; hace cuatro años, en Alemania, fueron 39.

En cuanto a las selecciones, como siempre, hay sorpresas. Hay que señalar el buen nivel mostrado por los equipos asiáticos, incluyendo a una enigmática Corea del Norte. El contrapunto a los asiáticos son los africanos, que no están dando la talla en “su” mundial, sobre todo si pensamos en Camerún y Costa de Marfil, aunque el rival de los elefantes (Portugal) era mucho más difícil que el de los leones (Japón). Las mejores actuaciones del torneo se las llevan los sudamericanos, que cumplieron con sus obligaciones, en algunos casos con mucho mérito (empate de Paraguay ante Italia). Sus vecinos del norte tampoco lo han hecho mal, especialmente los estadounidenses.

¿Y los europeos? Un aprobado justo, y gracias; salvo Alemania, la cual barrió a los australianos (habrá que ver si es cierto eso de que tienen ventaja al haber usado todo el año el criticado Jabulani…), los demás equipos del viejo continente no han dado la talla, sobre todo en cuanto a juego. Selecciones como Francia o Portugal no pueden permitirse saltar al campo y hacer el ridículo. En cuanto a España, jugó como siempre, pero la necedad de Del Bosque de usar las bandas y a Busquets, así como las prisas después del gol (cuando aún quedaban 40 minutos de partido), y como no, el cerrojazo suizo (totalmente legítimo), hicieron imposible no ya la victoria, sino el empate. Es un tópico decir lo de la mala suerte en los mundiales, pero el gol suizo se encarga de reafirmar la vieja excusa: un cúmulo de rebotes, mezclados con una falta a Piqué y el gol en fuera de juego. Los suizos todavía no se lo creen; los españoles y el resto del mundo tampoco.

Pero ya se sabe, el fútbol son los goles; y parece como si alguien los hubiera robado.

por Puskas

lunes, 7 de junio de 2010

Mundialitis (II): la roja en los mundiales

Antes de que comience el que será el Mundial número 13 para la Roja, convendría echar la vista atrás y repasar, someramente, las actuaciones de la selección española en la docena de mundiales anteriores. La Historia, en este caso, puede ser la mejor medicina contra la euforia desatada hacia los 23 de Del Bosque. Aunque futbolísticamente no exista actualmente un equipo que juegue como España, ni siquiera Brasil, el papel de favoritos otorgado por la prensa nacional, y lo que no es tan común, también por la internacional, podría resultar un handicap a todas luces innecesario. ¿Quién no se acuerda de la España de Camacho, aquella que llegó a la Eurocopa de Bélgica y Holanda en el año 2000 después de hacer una de las mejores fases de clasificación de su historia, ganando incluso 9-0 a Austria? Saco esto a relucir porque aquella España también era favorita para la prensa internacional, y nos eliminaron los franceses (de aquella vigentes campeones del mundo, todo sea dicho) en cuartos de final.

La historia de España en los mundiales comienza en 1934. En la primera edición del mundial, en Uruguay, las selecciones europeas decidieron que, como con todo, Europa era el centro del mundo, así que ¿cómo iban a arrastrar sus culos euroasiáticos hacía el pequeño país sudamericano? Otras excusas fueron la gran distancia del viaje y la crisis económica. Los anfitriones ganaron el primer mundial de la historia a sus vecinos argentinos. Cuatro años después le llegaba el turno a la Italia de Mussolini, y la España republicana de Zamora y Lángara tuvo la mala suerte de cruzarse en cuartos de final con la anfitriona. Después de empatar en el primer partido, se tuvo que jugar otro de desempate, con jugadores españoles destrozados por las patadas de los itálicos y con un árbitro que, a mi parecer, prefirió conservar su vida a que España pasase de ronda. Ni que decir tiene que los italianos ganaron su mundial, a los checoslovacos. Cuatro años más tarde repetirían victoria en Francia, esta vez ante Hungría, y sin la selección ibérica entre los participantes, ya que en esos momentos en España lo que menos importaba era el fútbol.

Y llegó la posguerra. Como en 1930, el mundial viajó a Sudamérica, a Brasil. Allí la roja cuajó su mejor mundial hasta la fecha, clasificándose para la final a cuatro, en la cual quedó última, tras Uruguay (campeona), Brasil y Suecia. Una buena actuación que hubo que saborear durante doce años, ya que no se volvería a un mundial hasta Chile’62. En 1954 había acogido Suiza la cita, donde una Alemania estigmatizada todavía por la derrota en la II Guerra Mundial consiguió imponerse a la Hungría de Puskas, en lo que todavía se conoce como el “milagro de Berna” (imaginaros como jugaban de bien los húngaros). En Suecia’58 había aparecido por primera vez Pelé, que se llevó el mundial ganando en la final a los anfitriones. También se llevaría el de Chile, venciendo a Checoslovaquia; curiosamente los dos finalistas habían eliminado a España en la fase de grupos, con un equipo con Di Stéfano lesionado, y otras figuras como Luis Suárez, Gento o Peiró.

El fútbol volvió a casa cuatro años después, y como era de esperar, los caseros se llevaron el título. España salió de Inglaterra’66 como en el anterior, en la fase de grupos. A partir de aquí, otras dos ediciones sin participar: México’70 (ganó Brasil a Italia en la final), y Alemania’74 (los anfitriones ganaron a Holanda).

En 1978 el mundial se disputó en una Argentina llena de desaparecidos; España, otra vez más, desapareció en la fase de grupos, donde se recuerda el 0-0 ante Brasil con aquel no-gol de Cardeñosa. Desde aquel mundial la selección ha estado siempre presente, lo cual ya es algo, ya que cada cuatro años resurge esa especie de ilusión colectiva que sólo el fútbol puede lograr. Y ya que hablamos de ilusión, era lógico que ésta estuviera por los aires en el único mundial celebrado en España. Las dos anteriores ediciones se las había llevado el anfitrión, curiosamente ambas ante Holanda, pero la roja se encargaría de romper esa dinámica. Tras una primera fase en la que se empató ante Honduras y se robó descaradamente a Yugoslavia, se pasó a la segunda liguilla donde Inglaterra y Alemania eran demasiado para España. El mundial de Naranjito se lo acabó llevando Italia ante los germanos.

En México’86, tras 36 años, otra buena actuación. El mundial de Maradona acabó con España eliminada en los penaltis por Bélgica en cuartos de final, pero tras realizar un buen torneo. En la final, otra vez perdió Alemania, esta vez ante Argentina. Cuatro años después, en Italia, la eliminación llegaría en octavos ante una Yugoslavia que disputaría su último mundial como un solo país. Todo lo contrario que la vencedora, Alemania, que por fin se reunificaba, y se vengaba en la final de Argentina, su anterior verdugo.

Los siguientes mundiales, para los de mi quinta, ya están en la retina, aunque sea con una capa de polvo sobre las imágenes en color. Y si hablamos de color, el del mundial de Estados Unidos fue el rojo: el de la sangre de Luis Enrique. ¿Quién no deseó durante años cruzarse con Tasotti para poder romperle las narices y vengarse por esa eliminación, otra vez en cuartos de final? En la final de Los Ángeles, toda España iba con Brasil, que logró su tetracampeonato ante los italianos.

Francia’98, otra decepción. Si en el anterior mundial desearíamos haber roto la cara a Tasotti, ahora desearíamos cortarle el brazo a Zubizarreta, un portero que dicho sea de paso, no era el mejor de España en aquel tiempo (hoy en día se dedica a comentar partidos, si por comentar entendemos ser lo más subjetivo y partidista posible…). En fin, para casa antes de tiempo y Francia campeona ante Brasil.

Con estos precedentes, la duda que tenía toda España antes de ir hacia el extremo oriente era a quién desearíamos matar cuando nos eliminasen del mundial. El árbitro y los linieres del Corea-España fueron los elegidos. No hace falta decir que en ese mundial España fue la mejor selección en cuanto a juego, después de la campeona, Brasil. Del último mundial me quedo con la gran primera fase de la roja, donde ya estaba parte de la base de la actual selección.

En definitiva, por muy favorita que sea España, parece que la Historia también juega en esta clase de competiciones. La buena noticia es que la de Sudáfrica está por escribir.

por PuskasJustificar a ambos lados

martes, 1 de junio de 2010

Mundialitis

Faltan pocos días para que comience la cita deportiva de mayor importancia mundial, que no es otra que el Campeonato del Mundo de la FIFA, más vista, por ejemplo, que los JJOO. Como todo el mundo sabe, este año se celebra en Sudáfrica, lo que quiere decir que el pronóstico de Pelé (“antes de fin del siglo XX se jugará una copa del mundo en África”) ha fallado por sólo diez años.

Todas las selecciones, salvo lesiones de última hora, tienen confeccionadas sus listas de 23 jugadores. Del mundial se caen grandes figuras como Ballack, Essien, Benzema, Lassana Diarra, Walcott o Van Nistelrooy, algunos por decisión técnica y otros por lesión. Al menos estarán los números uno actuales, como Messi, Cristiano Ronaldo, Xavi, Rooney y Eto’o.

Como siempre en este tipo de citas futbolísticas, las predicciones y los pronósticos casi nunca se cumplen. A Sudáfrica llegan como favoritas España, Brasil, Inglaterra y Argentina. Algo por debajo, pero siempre peligrosas, están Italia, Alemania, Portugal y Holanda. Para aclarar más las cosas, se podría empezar por hacer un pronóstico por grupos.

En el grupo A, por nombre y por equipo, el primer puesto tendría que ser para Francia. Digo tendría porque en fútbol todo es posible y los galos han demostrado no estar a su mejor nivel, ni mucho menos. El segundo puesto que da acceso a los octavos se lo tendrían que jugar México y Uruguay, pero mi apuesta personal es que Sudáfrica, los anfitriones, pasarán a octavos y no descarto que Francia quede eliminada.

En el grupo B, más de lo mismo. Argentina, por nombre y equipo, tiene que quedar primera sin problemas. Para la segunda plaza apuesto por Grecia, ya que ni Corea del Sur (la podremos ver contra España en un amistoso) ni Nigeria tienen gran equipo.

El tercer grupo tiene un líder claro, la Inglaterra de Capello. Lo más normal es que acabe primera y con 9 puntos. El último puesto del grupo lo tiene casi asegurado Argelia, así que la plaza que queda se la tendrán que jugar EEUU y Eslovenia. Muchos opinan que los americanos son los grandes tapados del mundial…¡por favor, un poco de seriedad!. EEUU hizo un gran partido contra España en la pasada Copa Confederaciones, pero en este Mundial igual no pasan de la fase de grupos.

En el grupo D manda Alemania (ya se sabe, en el fútbol juegan once contra once y siempre gana Alemania…). La segunda plaza se la debería llevar la Serbia de Antic, y más aun cuando Ghana no contará con Essien por lesión. Australia puede dar la sorpresa, han mejorado muchísimo.

El quinto grupo huele a naranja y tulipán, ya que los holandeses tendrían que tenerlo fácil para pasar como primeros; Japón está bastante por debajo de los otros dos equipos, la Camerún de Eto’o y Dinamarca.

Grupo F: Italia, Eslovaquia, Nueva Zelanda y Paraguay. Lo que se puede decir de este grupo es que Italia pasará a medio gas, como siempre, y ojo con los eslovacos. Nueva Zelanda si hablásemos de rugby podría contar para algo, pero en lo darle al balón con los pies no son tan buenos. En cuanto a Paraguay, no puedo decir mucho.

Y llegamos al grupo de la muerte. La lógica dice que Brasil tendría que quedar primera, Portugal segunda, y luego Costa de Marfil y Corea del Norte. Pero si alguien lee esto y quiere apostar dinero, que apueste por los marfileños. Seguramente sería el equipo africano que tendría que llegar más adelante en la competición si no fuese por el grupo que le ha tocado. Aun así, creo que se van a clasificar, y ojo que se pueden enfrentar a España en octavos. Los coreanos tampoco son mancos, y sinceramente, creo que habrían sido la sorpresa del mundial de tocarles otro grupo más fácil. Y bueno, ya que estamos apostando, ¿por qué no apostar que Brasil se queda en la fase de grupos?

En el grupo de España, lo lógico sería que las dos rojas se clasifiquen para octavos: los íberos y los chilenos. La otra roja, Suiza, puede dar guerra, sobre todo porque cuentan con un gran entrenador. Honduras recientemente ha tenido un golpe de Estado, y es un país donde vive gente maravillosa.

Evidentemente estos pronósticos suelen fallar; en eso radica precisamente lo bueno del fútbol, en el ser impredecible, el vivir en tensión hasta que el árbitro pita el final. Nadie sabe quien va a ser el campeón, y los 32 que van tienen la oportunidad de levantar el trofeo. 32 países con una misma ilusión. Por algo dicen que el fútbol nos une.

por Puskas

Los 32 equipos con sus integrantes.

viernes, 14 de mayo de 2010

Están locos estos españoles...

Lo que hoy voy a escribir podría denominarse un libro de quejas, mejor dicho, una parte ínfima de un libro de quejas. Los acontecimientos de esta semana en diversos ámbitos, el más destacado el político, en una zona concreta del mundo, es decir, España, dan mucho que pensar sobre la existencia de vida inteligente en nuestro país.

Podría comenzar por el asunto que más indignación me causa, que es precisamente el último del que he tenido noticia. El Consejo General del Poder Judicial decide suspender al juez Garzón, o lo que es lo mismo, el franquismo vuelve a ganar a la democracia, esta vez en el ámbito jurídico. Todos sabemos que la primera vez se impusieron por las armas, gracias a la estimable no-colaboración de las “democracias europeas”. Ahora los que dan el golpe de Estado son los sindicatos y partidos de la ultraderecha, y los que ejecutan a la justicia son los mismos jueces.

Siguiendo con las alegrías, es imposible olvidar el tijeretazo del gobierno a los funcionarios, pensionistas, etc. Evidentemente en ese etcétera no están ni los bancos, ni los del pelotazo urbanístico, ni ninguna constructora, ni tan siquiera nadie de los que a diario especulan con la economía de todos. Como siempre, que paguen los platos rotos los demás. Lo lógico ante una situación así sería que miles de militantes del PSOE abandonasen el partido por su política conservadora, pero eso no va a suceder. Son perros y sólo obedecen a sus amos, ya que cuando tienen hambre son quienes les dan de comer. Y si ladran mucho y hacen ruido, e incluso si muerden, se les manda para la perrera o se les ejecuta. Así es la política en España. Perdón, quería decir la política de la UE y EEUU. Me hace mucha gracia recordar cuando en las movilizaciones del “NO a la guerra”, mucho sociata e izquierdista de pega se quejaba por ser el Estado nº 51 de EEUU. Creo que ahora deberían de decir lo mismo, aunque seguramente tendrán la lengua metida en el culo.

El otro foco de indignación de la semana se debe al asunto Paco González. Evidentemente este gran periodista pertenece a una empresa (la cadena SER, o mejor dicho, el grupo PRISA –otro gran feudo de izquierdistas de pega). Si dicha empresa considera que ha faltado al respeto a un directivo (un tal Daniel Anido, el cual seguramente se merece esa falta de respeto y algo más), supongo que están en su derecho de prescindir del periodista. Eso sí, el oyente siempre tiene la razón, y creo que todos la hemos dejado clara en este asunto. Queremos a Paco González.

En fin, hace una semana nos anunciaban que tenemos algo Neanderthal en nuestro ser. Después de todo lo que ha pasado desde entonces, está claro que algunos tienen más intención que otros de demostrarlo.

por Puskas

Nota: está claro que en la última frase uso el sentido peyorativo del término Neanderthal; por ello pido disculpas de antemano a todos los que se sientan ofendidos por dicha utilización del término. No es plan de emular a Rosa Díez.

miércoles, 21 de abril de 2010

La locura del fútbol

El fútbol es una locura (transitoria, por supuesto); suele durar unos 90 minutos, en algunos casos 24 horas. Y digo esto porque el fútbol priva de la razón, acercándonos a un terreno donde mandan las pasiones. Lo visto ayer es un claro ejemplo.

El Inter jugó mejor que el Barça; no hay nadie que pueda decir lo contrario. Eso sí, enseguida salen unos cuantos “analistos” diciendo que lo del Inter no es jugar al fútbol, que los equipos de Mourinho juegan cada vez peor, etc. La típica prepotencia española ante el que marca más goles por otros medios igual de legítimos que el tocar la pelota hasta la desesperación intentando encontrar un pase de gol.

Lo siguiente es meterse con el arbitraje. Lo cierto es que el árbitro de ayer era malísimo, es una cosa en la que la UEFA se va superando año tras año. Pero era malo para los dos equipos. Mucho antes de que el Inter marcase el 3-1 en fuera de juego, se le había pitado un fuera de juego inexistente a Milito cuando se marchaba solo ante la portería de Valdés, con 0-0 en el marcador. Después, un robo de balón de Eto’o que podía llevar a la misma circunstancia, fue sancionado con falta y amarilla para el camerunés. Luego hay un penalti que no ve el árbitro, favorable al Barça. Tampoco vio el codazo de Messi que dejó a Maicon fuera del partido. Hay que creer (y yo lo creo) que Messi no quiso dar ese codazo al brasileño, pero la acción es igualmente sancionable, lo mismo que a muchos jugadores se les pita una mano cuando en realidad no quieren hacerla. Y la sanción correspondiente, viendo la cara de Maicon, sería una tarjeta del mismo color que la sangre del brasileño.

El mejor resumen que se puede hacer del partido de ayer es que el Inter jugó mejor, consiguió frenar al Barça y ganarle por más de un gol, algo que no sucedía desde el partido de la Liga de Schuster en el Bernabéu. Ni Guardiola ni Messi, los dos estandartes de este Barça, tuvieron su día. Supongo que esperarán tenerlo la semana que viene, y remontar el partido. El que esto escribe, como tampoco está vacunado contra esa locura del fútbol, espera ardientemente que eso no ocurra.

por Puskas

lunes, 19 de abril de 2010

Hay Liga, hay Ligas.

Hay Liga. Esta es la mejor reflexión que se puede hacer tras la disputa de la 33ª jornada de la Liga BBVA. Pero la escueta afirmación del inicio va mucho más allá de querer decir que Barça y Madrid aún luchan por el título de campeón, sino que lo que quiero dar a entender es que hay Liga en todos los sentidos.

Es normal que los dos equipos más importantes del país ocupen las portadas de los principales diarios deportivos, y que la lucha por el título sea lo más destacado, ya que es la esencia misma del campeonato. Pero hay que constatar que salvo el Valencia, que parece que tiene casi asegurado el tercer puesto (a espera de lo que haga hoy el Mallorca), y algunos equipos de la zona media que ya no juegan a nada (At. Madrid, y quizá el Depor), el resto de escuadras siguen en competición, en el más puro sentido de la palabra; siguen compitiendo por algo.

La Liga está cara; nunca lo ha estado tanto. Si bien es cierto que el campeón marcará un récord de puntuación en la competición doméstica, que incluso puede ser récord europeo, no es menos cierto que el subcampeón será el mejor segundo de todos los tiempos en Europa (habría que registrar las hemerotecas, pero puede que ni siquiera en la Liga escocesa un subcampeón hiciese tantos puntos). El Barça juega mejor, sin duda, sobre todo porque es un equipo hecho y derecho, con un entrenador que se las sabe todas y en su plantilla tiene al mejor jugador del mundo (Messi) y al mejor pasador (Xavi). El Madrid en cuanto al juego parece estar un paso por detrás, pero esto no se ve reflejado en la puntuación liguera, ya que 83 puntos son muchos puntos, y al fin y al cabo el fútbol son los goles, y el Madrid los hace.

Sigamos descendiendo en la clasificación. Del Valencia ya se ha dicho que tiene casi asegurada la tercera plaza que te mete directamente en el sorteo de la Champions. Lo que está verdaderamente cara es la cuarta plaza, para la cual a mi modo de entender sólo hay dos candidatos, Mallorca y Sevilla. El que salga perdiendo se queda con la Europa League, a la que también optan a entrar un ascendente Villarreal, un luchador Ath. Bilbao y un meritorio Getafe. El Depor si lo gana todo se mete, pero lo visto en las últimas 8 jornadas me hace pensar lo contrario.

Y llegamos a los colistas (Xerez, Valladolid y Tenerife), a los cuales la mayor intensidad mostrada, debido a la necesidad de puntos, les ha beneficiado, sumando en las últimas jornadas un aceptable puntaje. Aún con esto, mucho me temo que son los principales favoritos para perder la categoría. Su mayor esperanza es que Málaga, Zaragoza, Racing y un apático Sporting no lleguen a 40 puntos.

En las demás categorías, la vida sigue igual: en Segunda parece que sólo la Real Sociedad es clara candidata al ascenso, y en cuanto a los que le siguen, del 2º al 8º la diferencia es mínima. Por cierto, entre ellos está el Villarreal B, según los números el mejor filial de España, algo que los medios deberían recordar de vez en cuando...pero claro, entre tanta Masía y tanto halago a la cantera del Barça, se les olvidan los equipos modestos.

En 2ªB, categoría donde los futbolistas también corren pero muchas veces no se les paga, ya existen algunos campeones de grupo, y por tanto aspirantes a la categoría de plata: son la Ponferradina y el Alcorcón, y lo tiene casi hecho el Saint Andreu.

En cuanto a los equipos asturianos, la jornada ha dado de todo: derrota de un Sporting que se complica la vida, empate del Oviedo que no acaba de afianzarse en el segundo puesto, y un meritorio triunfo del Sporting B en Cuenca que le aleja, aunque no del todo, de la zona peligrosa hacia Tercera. Y ya que la mencionamos, en la última categoría nacional (sí, aunque sean todos de la misma CCAA, es categoría nacional), sigue la pelea entre Caudal, Universidad y Marino para ver quien es el campeón, y en la zona baja entre Colloto, Luarca, Cudillero y Praviano para ver quien se cae hacia la Regional Preferente. Tranquilos, no hablaré de esta categoría.

En fin, no queda mucha Liga, quedan muchas Ligas. Y a los que nos gusta el fútbol, nos produce una alegría inmensa.

Mejor gol de la jornada en la Liga BBVA: Godín (el 1-0 del Villarreal 2-1 At. Madrid)


por Puskas

NOTA: la jornada no está concluida, falta el Mallorca-Osasuna, pero no tengo porque mostrar más deferencia esperando que acabe el partido, de la que los dirigentes de la Liga y televisiones tienen hacia el espectador al que hacen ir un lunes (día laborable) al estadio si quiere ver a su equipo en directo.

domingo, 18 de abril de 2010

La amistad en las trincheras: la serie "Band of Brothers"

Quiero ver una serie de televisión de calidad, que sea de temática histórica pero a la vez tenga acción, que me haga pensar, reír e incluso llorar; que me haga sentir insignificante en el mundo, que me haga sentir insignificante en la Historia. Pues ¡vaya! Ya la he visto. Se trata de Band of Brothers, presentada en España como Hermanos de Sangre.

Esta obra de arte de la televisión está compuesta por diez capítulos, aproximadamente de unos 55 minutos de duración, con comentarios de los verdaderos protagonistas al principio del episodio. Producida entre otros por la famosa dupla Spielberg-Hanks y basada en una obra de Stephen Ambrose, la serie nos narra los hechos acaecidos a la Compañía Easy de la 101 Brigada Aerotransportada de los EEUU, desde que tuvo lugar su entrenamiento en los bosques de Georgia (evidentemente hago referencia al estado norteamericano), a la victoria aliada, pasando por el día-D, la toma de Carentan, el cerco al que fueron sometidos en Bastogne, el descubrimiento de un campo de concentración nazi (concretamente el de Landsberg), y la toma del Nido del Águila.

Un aspecto fundamental de Band of Brothers es que trata la guerra olvidándose de generales, presidentes, etc. Los protagonistas son los propios soldados, su lucha diaria por sobrevivir, y su amistad fraternal, como bien indica el título de la serie. De todos modos, tampoco son despreciables la cantidad de detalles referentes a aspectos bélicos y estratégicos, que supongo que les encanten a los más frikis de la II Guerra Mundial.

El éxito de la serie impulsó a los productores a crear The Pacific, que como es fácil de intuir trata sobre la II Guerra Mundial en el Pacífico. De la misma llevo vistos sólo dos capítulos, pero no parece que vaya a ser tan interesante como Hermanos de Sangre, la cual vuelvo a recomendar encarecidamente.

Por Little Baker


Tráiler de la serie

viernes, 16 de abril de 2010

Crítica al libro "Crónica del Señor de la Guerra"

Crónicas del Señor de la Guerra es una trilogía centrada en el mundo artúrico del escritor de novela histórica Bernard Cornwell, conocido principalmente por su serie sobre el fusilero Sharpe enmarcada en las guerras napoleónicas. También es autor de la trilogía Arqueros del Rey centrada en la Guerra de los Cien Años.

El Rey del invierno (vol. I) Nos relata el regreso de Arturo, exiliado por su padre, y del arduo trabajo para restablecer la paz y la justicia quebrantada tras la muerte del rey supremo Uther Pendragon dejando como heredero del trono a un niño.

El enemigo de Dios (vol. II) La paz y la unidad entre los reinos britanos se ha conseguido después de una terrible época de batallas. Mientras Arturo persevera en el cumplimiento de los altos ideales de la moral caballeresca, el mago Merlín trata de reunir los trece objetos sagrados esparcidos por toda Britania para expulsar a los sajones y frenar el empuje del cristianismo.

Excalibur (vol. III) El ciclo artúrico comienza a cerrarse. La amenaza sajona continúa inquebrantable en una tenaz guerra y llega la hora de ajustar cuentas por parte de Modred y Nimue.

Aunque dividido en tres volúmenes, en realidad, se trata de una obra unitaria ya que continúa sin pausa con lo narrado en el volumen anterior.

El desarrollo de la trama nos lleva a adentrarnos en la época de la tardoantigüedad inglesa del siglo V, retratándonos un mundo en proceso de cambio, con referencias a la ya lejana ocupación romana, que se mantiene a duras penas. La agonía de los reinos britanos ante los sajones, y el surgimiento de un incipiente, pero fuerte, cristianismo que va poniendo fin a las creencias ancestrales.

La historia de Arturo es narrada por Derfel Cadarn, un antiguo guerrero britano que ya anciano desgrana las historias vividas junto a Arturo, mediante flashback, por petición de la reina Igraine.

Teniendo como eje la vida de Derfel, Bernard Cronwell entremezcla las leyendas artúricas con la historia de los reinos britanos posterior a la dominación romana. De esta manera se conjugan a la perfección temas de la vida personal del guerrero, historias de amor, casamientos, violaciones, traiciones, supersticiones, etcétera con las intrigas políticas y religiosas, a través de las conjuras y alianzas, de las que el relato está plagado.

El autor nos hace una reconstrucción de cómo podía ser la vida durante el sigo V, mostrándonos una época de guerras continuas entre britanos y sajones al mismo tiempo que concediéndonos datos sobre la vida más cotidiana, costumbres, rituales, tipos de construcciones, ropajes de las distintas clases sociales y utensilios bélicos y cotidianos. Así como las descripciones que hace de las cruentas batallas, siendo esto el mayor atractivo del libro.

Durante todo el relato nos encontramos con dos argumentos constantes puestos en boca del narrador. La primera es recalcar la idea de que la historia que se cuenta es la verdadera historia de Arturo en contraposición de lo que cuentan los bardos quienes transforman la historia omitiendo y/o exagerando sucesos. La otra idea es la de haber sucumbido a los influjos de la tradición extranjera, claramente reflejado en la vida de Derfel, antaño un pagano convencido y convertido ahora en monje cristiano y ocultando la historia como una falsa traducción de los Evangelios a la lengua sajona.

La característica más importante de este libro es la relegación de los tópicos, dando una visión de las leyendas artúricas antológica a la visión tradicional; aquí nos encontraremos con la Tabla Redonda pero ella no estará presidida por el rey Arturo ni por el resto de sus caballeros, con Excalibur que sigue siendo una valiosa espada pero sin haber estado clavada a una piedra y con el Santo Grial convertido en una olla. Recurso que utiliza el autor para dotar a la obra de cierto realismo. Los personajes de las leyendas artúricas aparecen humanizados, son personas de carne y hueso con personalidad y que sienten amor, dolor, celos, etcétera y que como tales están llenos de contradicciones.

Arturo no aparece en ningún momento como rey, ni incluso como héroe, sino como un caudillo britano que lucha por mantener el trono de Mordred, durante su minoría de edad, y conseguir, por encima de todo, la unión britana frente a los sajones. Ésta visión afecta también al mago Merlín, que lejos de ser un mago al uso, más bien parece un conocedor de los ritos antiguos convertido en el baluarte de la lucha contra el avance del cristianismo. Lacelot dejará de ser el paradigma del caballero andante para convertirse en un caballero sinvergüenza, narcisista, cobarde e intrigante y Ginebra, quien tampoco aparece condecorada con el título de reina, es retratada como una adoradora de Isis, adúltera y, en cierta medida, manipuladora.

La magia está presente durante todo el relato, los poderes de los druidas, de las brujas y, sobre todo, del mago Merlín crean expectación y temor entre sus contemporáneos ya sean cristianos o paganos. Pero Cornwell deja la duda sobre la existencia real o no de la magia, nunca queda claro si lo que está siendo narrado es resultado de un acto mágico o de la pura casualidad.

En resumen, Crónicas del Señor de la Guerra es una novela histórica y de aventuras que por el planteamiento de la historia, la presentación de los personajes y las descripciones de las batallas, merece ser de lectura obligatoria.

Por Anónimo

Franquismo y Garzón

No suele gustarme explayarme con las cosas políticas, pues para eso están personas más doctas y algún que otro charlatán. Mis humildes conocimientos para el mundo contemporáneo no van más allá de los umbrales del siglo XIX, cuando a finales del siglo anterior recorrían aires de libertad (burguesa) las callejas de París.

Así pues, el tema del franquismo me pilla algo distante de los vientos revolucionarios de 1789. Los principios fundamentales de la dictadura, ni que decir tiene que la libertad no gozaba de muy buena salud en ellos (otro día comento mi opinión sobre la inexistencia de la Libertad).

Franco y sus secuaces atentaron contra un estado legalmente constituido (fuese caos o no); y esto parece no entrar en las mentes de esa derecha que en cambio no duda en tachar a Tejero de golpista, pero claro…esa gente empezó a ser monárquica en el 75, olvidando superficialmente todo lo anterior en aquel fin de año.

Pero retornemos a ese fatídico año de 1936, cuando el fracaso del alzamiento militar contra el legítimo gobierno republicano desemboca en una guerra absurda. Una guerra necesaria para que los fascismos europeos prueben armas nuevas, y los españoles como somos tan voluntariosos nos ofrecemos a probar metralla alemana e italiana, y alguna menos soviética. Al final la guerra deja una dictadura de corte personalista muy comparable a todas las del siglo XX.

¿Por qué hablamos de franquismo siendo estos días los de la Proclamación de la II República? ¿Por qué hablo de franquismo cuando hace 79 años por las calles de España entera, la gente salía cantando La Marsellesa? Pues porque me levanté con la ilusión de tener un buen día el 14 de Abril hasta que llegué a un bar y los diarios de tirada nacional me lo jodieron, y en dos días seguidos que van la cosa no mejora.

La derecha denuncia al juez Garzón por prevaricar con su causa abierta contra el Franquismo, y se lo admiten a trámite. No es que lo vea del todo mal, es el funcionamiento de los tribunales. Tú denuncias y luego si hay base a la denuncia las cosas siguen su curso, sino pues se desestima. (Tampoco soy muy docto en materia judicial como se podrá entender).

Lo que me parece aberrante es que se esté haciendo oídos sordos al hecho de que un juez no admita a trámite una querella contra un Banco porque éste le ha financiado unos cursos privados en NY. Quizás tenga que indagar un poco más en ese tema, pero no pienso dejar que mi vida gire en torno a un “Querido Emilio”.

Y luego la tercera de las causas abiertas: escuchas ilegales en la cárcel a los implicados en la trama Gürtel. Una panda de personas de “intachable conducta” (entiéndase esto a modo de ironía), que van y son escuchadas sus conversaciones privadas con sus abogados. Si bien me parece de puta madre si es que con eso se hace que los ladrones devuelvan lo robado, pues genial. Pero resulta que en este país de pandereta un asesino, violador o terrorista no es grabado en sus conversaciones privadas…pero unos tipos cuyo delito es robar....

Volvamos al franquismo y esas fosas de la Memoria, a los represaliados y los exiliados,… ¿a quién juzgamos por el franquismo? No creo que diciendo que Franco y Cía. (no doy nombres pues muchos todavía viven) eran criminales se descubra América. En ocasiones las cosas son tan obvias que da lástima que no se vea así. No veo más sentido que cubrir los problemas que de verdad aquejan a esta sociedad, eso sí, cubrir bien de mierda a los de siempre.

Los de “siempre”, esos somos nosotros, el pueblo llano. Los que ni parten ni reparten, los que ni chicha ni limoná. Los que aguantaron yugo y flechas 39 años; los que callaron u ocultaron su bandera tricolor en el fondo del corazón. También había gente a la que le importaba un pimiento quién mandase mientras tuviese pan en la mesa, exactamente como hoy día. Entre los de “siempre” había hijos de puta, pero a esos les da igual el color de quién mande, esos siempre sobreviven a lo malo y a lo bueno; esos son los que rapaban a las mujeres y denunciaban a sus vecinos. ¿Pero es que esos hijos de puta no habrían hecho lo mismo de haber ganado el otro bando?

Si juzgamos al franquismo juzgamos a los de siempre. No condenamos a Franco que enterrado bajo los auspicios de la Iglesia seguro que anda por el Infierno riéndose. Tampoco condenamos a los que estaban en la cúspide pues siguen en ella y nadie logrará hacerles pagar lo suficiente. ¿Pero que deberíamos de hacer? ¿Quedarnos sin mirar atrás? Realmente no lo sé, y es una respuesta que me encantaría tener. Quizás sólo quede esperar a ver que sucede, para bien o para mal.

Por el Gato Montés