domingo, 11 de julio de 2010

Mundialitis (IV): La final de nuestra vida

Vuelvo por estos lares para dar el último toque a esta sección semiabandonada de este blog desértico. Hace ya un mes que comenzó el mayor espectáculo futbolístico mundial, y tras una introducción escasa en goles y juego, y un nudo vibrante pero bastante mejorable, llega el momento del desenlace; la gran final; el partido de partidos. Y cuantos eufemismos más se quieran añadir para hablar del Países Bajos-España.

Futbolísticamente, España es la favorita. Lo es por jugadores, y por juego. Pero el ganar no será fácil. La selección holandesa cuenta también con grandes jugadores, y un estilo de juego que no favorece a España, ya que está más próximo al que desarrollaron Chile y Paraguay que al que desempeñó Alemania. A esto hay que añadir su gran potencial ofensivo, a mi parecer sólo superable en este mundial por Alemania.

La final es hermosa. Un ejercicio de justicia histórica en lo futbolístico, pues en ella se enfrentan dos de las selecciones más castigadas por la fortuna en los mundiales. Por un lado Holanda, precursora del fútbol de toque, que llegó a dos finales en los años setenta pero que no pudo ganar ninguna. Por el otro España, la eterna aspirante. Hoy la justicia y la fortuna tan sólo podrán beneficiar a una de las dos.

La nota negativa viene de los medios, en concreto su sensacionalismo. Supongo que forma parte de estos grandes eventos, y que es inevitable quejarse, mucho más desde un blog casi deshabitado. Se utiliza al fútbol, se pervierte para otros fines. Pero no diré más, porque hoy sólo importa la pelota, la forma esférica. Lo perfecto. Y que esos chavales de todas las partes de España vuelvan a casa con la Copa.


por Puskas.

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